Hace semanas que
cayeron las últimas hojas de los árboles. Lucen unas desnudas ramitas que
parecen temblar de frío a la menor brisa. Echo de menos el parque. Hace un par
de años, vivíamos a dos minutos de un gran parque y seguía el cambio de las
estaciones en cada paseo matinal. Ahora, todo son coches y árboles raquíticos
en las aceras. Lola me mira y parece estar de acuerdo: “¿Adónde fueron los
árboles y el césped y las fuentes?”. Yo le respondo: “En la Vida, Lola mía, con
los cambios se pierden unas cosos y se ganan otras”.
Hace también semanas que terminé el quilt
Playful Petals {ÁQUÏ} aunque no había encontrado
el momento de fotografiarlo. Lo acolché
a mano en un inusual color naranja. El estupendo diseño original, no incluía el
acolchado extra que hice en color burdeos, pero pensé que quedaría bien. A mi
marido le encanta lo que él llama su “sonata de otoño”.
Los jacintos se estiran
en el tiesto y parecen buscar el sol de
la ventana. Aunque igual lo que les
gusta es la canción de Bregovic {AQUÍ} que está sonando. Pronto florecerán y
asomarán las cabecitas azul añil. Lola quiere salir, cuando volvamos me pasaré por
RUMS