jueves, 27 de octubre de 2016

El gran Ximo Navarro

Hace un par de semanas, aprovechando mi fin de semana libre, asistí a los cursos de Whole Cloth y Plumas Victorianas en la tienda-taller de Ximo Navarro. El contacto telefónico dejó clara su calidad humana y la pasión con la que vive su trabajo.  Costaba creer que el planteamiento del curso fuera de tan sólo 4 personas.


Cristina, yo, Ximo, Mª Carmen y Marian
El sábado, la mañana transcurrió rápidamente entre explicaciones, y preparación de la labor. Comimos un rico arroz take away del bar de al lado,  rodeados de piezas de tela, hilos y montones de bolsas con encargos. Sobre las “long arm”, dos quilts recién acabados que el día anterior había visto en su Facebook. Las imágenes no hacen justicia a la rica textura con que los acolchados personalizados de Ximo realzan aplicaciones y fondos.

Foto: La Rueca Patchwork
Foto: Pedres de Girona.com

Atendió con paciencia todas nuestras curiosidades e incluso nos hizo una pequeña demostración. También tuvimos ocasión de admirar muy de cerca todos los quilts premiados excepto los presentados en Houston. El día fue agotador y es que la presbicia no perdona.


Foto: Stiches of Time.com
Al día siguiente plumas victorianas: dossier de 60 páginas/diseños que fue desgranando y salpicando de consejos en la pizarra. Seguimos las explicaciones en silencio, tomando algún apunte, maravilladas de las posibilidades de los trazos curvos que Ximo desarrollaba en la pizarra


Foto: Stiches of Time.com

Fin de semana realmente aprovechado. No sabría si destacar su calidad humana o su talento artístico. Imposible separar lo uno de lo otro. Espero que los premios, el reconocimiento y todo lo que su buen hacer le depare no cambie su esencia. Un abrazo Ximo.

Gracias por la invitación a Villalba chicas, pura generosidad  la vuestra!!!




jueves, 20 de octubre de 2016

And Sew a Happy Life

Pull weed
Quitar las malas hierbas
Vaciarse de pensamientos negativos
Borrar contactos innecesarios de la agenda
Decidir qué es valioso y priorizar lo importante
Llorar sentidamente cada pena hasta que desaparezcan 
Hacer limpieza en los armarios y deshacerse de todo lo superfluo
Saber que lo que somos y lo que amamos nos acompaña para siempre
Preparar una cena de sábado y compartirla con los amigos
Mantener los ojos y el corazón siempre abiertos
Repasar viejos álbumes de fotos
Querer y sentirnos queridos
Vivir

And 
sew 
a happy life

 
El costurero de viaje está terminado. Enlazo a RUMS




























domingo, 9 de octubre de 2016

Por Siempre Jamás


Ahora que se ha ido, recuerdo historias que le contaba cuando era una cachorra redondita y peluda. Le decía que los perritos no vienen de París, que nacen en una berza pequeñita. Le aseguraba que había tenido una mamá de cuatro patas pero que luego, cuando vino a vivir a casa,  yo me convertí en su única mamita. Ella me miraba con cara inocente y adorable y me daba lametones: “lo que tú digas amita”.


En los últimos años retoqué ligeramente la historia de su nacimiento. Era tan tan buena y cariñosa que sólo podía haberse caído de una nube. Y ahora que ya no está, me digo para consolarme, que Lolita ha vuelto a su nube en cielo de los perros. Ese cielo que espero exista, porque quisiera reservar una plaza para mí y para mis seres queridos.


Recuerdo como le enseñé a ser respetuosa con los muebles de casa, y lo entendió tan bien que sólo destrozó la cesta de navidad de mimbre en la que dormía. Por las mañanas me encontraba los restos del banquete nocturno. Otras veces, al verse sorprendida en plena acción destructora, me miraba con ojos redonditos que parecían decír: “mi casita no entraba en el trato no?”.


En el parque, comentaban la rareza de su tamaño. Despertaba tiernos sentimientos con sus largas orejas y el aleteo de las pestañas. Era como un dibujo animado de Disney. Durante todos estos años he inventado nombres cariñosos para ella, hemos compartido paseos, tardes de sol en los bancos del parque, cenas con película, siestas en el sofá arropadas con una única mantita… Inolvidable Lolita mía.


Isabel Allende ante  la pregunta de un entrevistador, respondía que su perfume favorito era el olor de su perro. Suscribo la respuesta. Lola desprendía un aroma a amor, a entrega, a fidelidad, a todos esos tópicos que en su caso son verdad absoluta.


Quise compartir con ella hasta el último segundo, hasta el último latido. Siento que el cordón que nos une no se romperá nunca. Me asalta una descabellada angustia al pensar que cuando despierte del sueño eterno se va a asustar al no verme. Intento tranquilizarme, seguro que su nube tiene vistas a mi corazón y se sentirá segura y querida “por siempre jamás”.

Y así es como deben acabar los cuentos Lolita mía, vuelve tranquila a tu nube algodonosa a roncar feliz pancita arriba. Te quiero tierna y profundamente “por siempre jamas".