Llevo varias semanas pegándome
con la actualización de Windows 8 y no es justo porque el portátil gana siempre. Todas nuestras
discusiones acaban con un mensaje en el que me informa que “no pudo
actualizarse y que me devuelve a una versión anterior”. Todo esto tras tenerme
esperando trillones de segundos que podría emplear en algo más provechoso que
mirar impacientemente la pantalla con cara de “ya te dije que no ibas a poder tonto del haba, otra vez más me vas a
tener que mandar a la casilla de salida, castigada como en el parchis”. La
semana que viene me paso como sea por la tienda para “repercutir” mi cabreo en
alguien que en lugar de altavoces tenga oídos.
Karla sigue sin querer nacer. No
me extraña; habrá oído hablar de Grecia, de los bancos alemanes y de las
actualizaciones de Windows. Karlita anímate, que en la Vida hay muchas cosas
buenas aparte de esos cocos que salen en los noticiarios. Tenemos primaveras
floridas, mamás de pecho acogedor, abuelas con casa de pueblo y huerta, días de
sol, sueños por cumplir, palabras bonitas que aprender, guisos ricos que probar
por primera vez, ah! y dos mantitas nuevas que estrenar.
El fin de semana pasado las
colgamos al sol para fotografiarlas. Quedaron preciosas Karla. Te esperan los
ositos tiernos, la “pandi” salvaje en
linos grises y si te gustan las matrioskas, me lo dices y asunto arreglado. Ven
pronto. Es bonito nacer en verano.