Algunos fines de semana, los alrededores de la estación de metro y y los propios vagones, son un puro homenaje a Sabina. En cada borrachera hay una historia de amor, de celos, de soledad... Normalmente saco del bolso un libro y localizo la página en la que aparqué la investigación de un asesinato. Otras, cierro los ojos y me preparo mentalmente el desayuno. Por que las buenas mañanas no empiezan hasta haber desayunado.
El sábado, estrenaba una capa que hice aprovechando ratos. Es tan sencilla que a pesar del poco tiempo del que he dispuesto en las ultimas semanas, la he acabado enseguida. El patrón es de Betsy y lo vi en post de Laurita en un RUMS de marzo. En fin... decía que en lugar de sacar el libro del bolso, me recosté en el asiento calentita dentro de mi capa y estación tras estación no perdí palabra, lágrima, e incluso gritos, de todos los episodios del culebrón metro fin de semana.