Unos 2.000 hexágonos. Pueden
parecer muchos, incluso demasiados… La
paciencia no me da para semejantes contabilidades. Casi cualquier cifra se
desvanece de mi cabeza en 3, 2, 1, 0…
Prefiero contar sensaciones porque éstas se entrelazan con las telas y pasan a formar parte de la colcha. Cada vez que me acurruque debajo de ella,
los recuerdos me arroparán y protegerán como abrazos.
Sobremesas de té, pastitas y
series de televisión, lluvia tras los cristales en invierno, ronquidos de Lola,
horas muertas en vacaciones recortando papelitos hexagonales al sol, viajes a
la nieve con libros, un estuche repleto de pétalos con los que ir montando la
margarita de hexágonos en una especie de “me-quiere-no-me-quiere”
a la inversa.
El largo proceso del acolchado
finalizó hace unas semanas. Aprovechando un soleado fin de semana, de esta
primavera tan escasa en cielos azules, la fotografié en el campo.
Tengo ganas de recuperarme
totalmente y cámara en mano pasear largamente capturando momentos. Por ahora, he de conformarme con estos experimentos de carácter más casero.
Me encanta. Si algo tiene de bueno esta fria primavera es el hecho de q nos deja acolchar esos maravillosos tops. Feliz semana
ResponderEliminarAyyyy María... no veo el momento de que llegue el verano pero visto desde tu punto de vista, el frío habrá merecido la pena. Un abrazo
ResponderEliminarEs una preciosidad, y Lola también, ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Eva! Lo mejor de Lola es su carácter cariñoso y superfiel. Besos
ResponderEliminarQué chula te ha quedado, con ese tono claro en general, te ha quedado fina....
ResponderEliminarA mi también me gusta por la misma razón Isabel :)) Gracias por tu visita
ResponderEliminarPreciosa!!! sin mas comentarios.
ResponderEliminarLola en esa foto esta para achucharla.
Besicos, Maribel
Lola está para comérsela. Es una abuelita adorable. Ahí dónde la ves tiene 11 años recién cumplidos. Un besito Maribel
ResponderEliminarEl otro día ya paseé por esta entrada, pero, tal y como sospechaba mi comentario no se grabó, al quedarse colgado el ordenador. Lo cierto, es que la relación de la informática conmigo es de amor-odio: me quiere, no me quiere, me quiere ... deshojando la margarita.
ResponderEliminarEsta entrada es un disfrute y un deleite para los cinco sentido. Las fotos y su colorido para los ojos. Me parece que huelo un té que hay en esa taza y los dulces. Oigo el crujir de la galleta de flor y noto su sabor a mantequilla. Y por supuesto siento la suavidad de ese maravilloso quilt.
Gracias por dejarme disfrutar de todo esto también.
Un gran beso
Inés (Qcucadaimes)
Muuuuuaaaack Inés!!! Gracias por tus palabras. Estás invitada a un té con cualquier pastita de mantequilla. Y no te resistas a la informática. Ya sabes si no puedes con tu enemigo... Un gran gran abrazo
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