Ultimas puntadas rematando unos baberos con toque
brillante y navideño. Son mis pequeñas labores cuando el tiempo de costura es
escaso. Y, en este pasado mes de diciembre, las demandas externas coparon casi
todo mi tiempo libre. Estaba deseosa de acabar el año, con el 2014 retorna la
tranquilidad, las largas horas de lectura y…unas pequeñas vacaciones
Por otra parte, en diciembre, el cartero ha llamado
varias veces a mi puerta” y eso es siempre motivo de alegría. Me alegro tanto…
que cualquier día de estos dejaré de actuar humana y
racionalmente y comenzaré a correr en círculos ladrando de
alegría como hace Lola cuando suena el timbre.
Por correo, generalmente me llegan
sugerentes paquetes: unas veces son telas de China o Japón, otras algún libro
de patchwork, y en las mejores ocasiones, un regalo de Carmen.
Esta vez,
el sobre se había roto ligeramente y un embriagador aroma de té me alcanzó al
firmar la entrega. El paquete era una pequeña cesta de
Navidad con piruletas de canela, sobrecitos con infusión del Yogui (hummm…creo
voy a ponerlos en los armarios de la ropa como ambientador).
Finalmente de la
bolsa con libélulas surgió una preciosa funda de gafas de Casa
Lis en Salamanca. Un museo modernista con una estupendísima colección de
vidrio, criselefantinas, juguetes y mucho más…
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