lunes, 30 de marzo de 2015

Rumbo al Sur

Qué rápido pasa el tiempo y qué poco lo aprovechamos… 

Salgo del metro y de camino hacia el trabajo me veo asaltada por imágenes del sol de Cádiz y de la casita que alquilamos hace un par de veranos. Debo estar necesitando escapar del mal tiempo en el aspecto más amplio.

Acabo la jornada, cojo el metro de nuevo y en el traqueteo del vagón, sueño con abrir un vino al atardecer mientras el pescado se asa en las brasas…

Llego a casa, saludo al bicho que aúlla y corre en círculos feliz por mi vuelta a casa. Ya puede correr… se ha pasado toda la tarde durmiendo en su mullido cojín.  Me siento en el despacho rodeada de telas, libros, música y revistas. Suspiro observando mi mano sobre la alfombrilla del ratón. Me la regaló una compi de clase de baile. Ojala fuera la como la de Aladino, Isabel. Me montaría sobre ella y volaría hacia el sur rumbo a la barbacoa, a la piscina y al cantar nocturno de los grillos.


La pasada semana terminé los nuevos bloques de la colcha de Sara.














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