Ayer visitamos a Sara en el
pueblo. La chimenea encendida, un guiso en la chapa y fuera la
banda sonora habitual: cencerros, piar de pajaritos, mugidos, cloqueos y algún
que otro rebuzno. A falta de una buena caminata por los alrededores, nos
sentamos a contemplar la huerta-jardín de Amali. Los dientes de león tapizaban
el suelo en contraste con el terreno preparado para acoger cebollas, brócoli,
alcachofas y demás…
Por la mañana, había madrugado para preparar una
empanada y envolver un pequeño obsequio que cosí para Sara.
Antes de comer
nos acercamos para ver las nuevas gallinas de Maribel pensando en futuras tortillas
de patatas hechas con huevos “de verdad”. A la vuelta comida y partida de Rummikub.
Era tarde cuando llegamos a casa. Nos despedimos con Besos de Pueblo. Sara los
llama así. Son sonoros, repetidos y de verdad.
Esther, enhorabona: el teu blog és una meravella. M'inscrit per no perdre cap de les teves entrades. Estem en contacte.
ResponderEliminarUna abraçada
Inés (Qcucadaimes)
Gracias Inés, eres siempre bienvenida. Me alegraré de ver las huellas de tus visitas. Un beso
EliminarPreciosa la tela que has elegido para esos neceseres. Que buena la tortilla con huevos de verdad.
ResponderEliminarBesicos(no son de pueblo, pero son de maña que tambien son sonoros) Maribel
Y los bizcochos Maribel?, un bizcocho con esos huevos, o fritos, o huevos rotos, o rellenos, o ... mejor no sigo. Besos
EliminarQ envidia me dais. Algún dia habria q hacer un fin de semana de patchwork en ese pueblo eh???
ResponderEliminarMuchos besos
Jooo María... no estaría nada mal. Habrá que sugerirselo a Sara. Un abrazo
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