A estas alturas de la primavera
deberíamos estar aprovechando los días de sol, para hacer salidas al campo con
un bocata y la cámara, pero… aquí estoy… en casa con “la pata quebrada”. Nunca
había tenido tanto tiempo para coser y el acolchado del grandmother´s flower garden quilt avanza a marchas forzadas. A este
ritmo, estará acabado y rematado para final de mes.
Estoy disfrutando muchísimo y me encanta cómo está quedando. Fue mi primer gran proyecto. Telas y más telas, hexágono a hexágono y flor a flor hasta llegar a las medidas finales. Cuando acabe de acolchar, lo fotografiaré al aire libre, picnic incluido.
Y el que no se consuela es porque
no quiere: me pongo un té con ricas pastitas regalo de Sara, me acomodo entre cojines
en el sofá y buceo entre los archivos buscando compensaciones visuales a este
encierro forzoso. Flores y más flores de tantos jardines botánicos visitados a
lo largo de los años. Diseño natural en estado puro.
Bueno pues va a ser algo positiva la lesión. Terminarás tu colcha. Artista
ResponderEliminarEso es Anita! si no nos quedamos con lo positivo, la vida sería demasido gris y pesada. Un beso y a seguir bailando
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