lunes, 17 de junio de 2013

Buscando tesoros

Reconozco mi pasión por los mercadillos.  Son lugares llenos de vida y con una magia especial. Desde bien pequeña siempre acompañaba a mi madre; ella nunca encontraba nada que le gustara pero le parecía gracioso ese afán mío de buscar tesoros.


Sigo igual… Ayer nos acercamos  a dar una “inofensiva” vuelta…  y voila!  Me topé con un puesto de zapatillas.  Irresistibles modelos de Victoria a 5€. Así que… no se me puede culpar de haberme comprado dos pares, verdad? 



Más adelante apareció un gran puesto de telas. Cierto que no había algodones apropiados para patchwork pero abundaban  las sedas artificiales, lanas y paños de espiga, gabardinas, acolchados varios, forros y hasta un maravilloso tejido de barbour. En esos momentos entro en una especie de trance y no  puedo resistir a la tentación de comprar. La ardilla de Ice Age debe sentir esa misma emoción cuando se encuentra frente a un montón de avellanas: locura por apropiarse de todas ellas.



Continuamos el paseo; yo feliz saboreando futuros proyectos y mi comprensivo marido cargando bolsas. Acabamos el recorrido  con una pequeña compra más y canturreando  muy a nuestro pesar la cancioncilla que sonaba en el puesto cercano mientras elegía las telas:   “Veeeen a brindaaaar con vino griego de mi tierra natal, el vino rojo que me hará recordar un pueblo blanco que dejééééé detrás del maaaaar…..” Socorrooooo! Aún hoy José Vélez sigue cantando a pleno pulmón dentro de mi cabeza!






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