Paseábamos
por una tranquila zona sembrada de bonitas casas, cuando nos topamos con estos
insólitos habitantes de jardín merecedores de acompañar a Audry Tatou en Amelie
La expresión de sus caras
parece definir posturas antagonistas ante la vida: la rana sonriente y optimista
al sol y el gnomo enfadado con el mundo por una nimiedad. Real como la vida misma. No es más feliz quien
más tiene, sino quien sabe disfrutar de las cosas sencillas a su alcance. Sí, seguramente la felicidad es, en gran medida, cuestión de actitud.
Aprovecho la entrada para
actualizar la colcha de retales que, de alguna manera, también recuerda a un
jardín multicolor. Tengo ganas de acabarla, pero cuando el tiempo es bueno,
siento la “llamada del verano” que me
lleva a pasar más tiempo fuera de casa.
Antes me refería a los
sencillos placeres… hace sol y la temperatura es buena para un paseo con helado. Marchando uno de coco y avellana…!
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