lunes, 1 de julio de 2013

Terrazas Urbanas

A Lola le gustan todos los lugares cómodos y mullidos, así que no ha podido evitar la tentación de probar el nuevo sillón de la terraza. Eso sí, aún no se ha dado cuenta de que el cojín no lo he hecho pensando precisamente en ella, sino en mis sobremesas. Tendré que explicarle que, mientras sea verano y luzca milagrosamente el sol, después de comer, nos trasladaremos a la terraza para tomar un té con algo dulce. 


Si Lola tuviera opción de elegir, sin duda preferiría la terraza de Pili, con vistas a su querido y aromático parque, en el que todo huele maravillosamente bien; desde el césped en el que se revuelca alegremente, hasta la última de las papeleras. Pili comparte esta foto de sus vistas, con un primer plano de su jardín de cactus. Tienen un aspecto tan simpático que, a pesar de las púas dan ganas de abrazarlos.


La tela del cojín la compré hace años en Gacela y me hice un foulard que aún uso. Con lo que me quedó, corté el cojín aplicándole una matrioska, que a su vez es resto de un bolso hecho hace un par de años




La tela de Gobelino con matrioskas y estas otras, las encontramos  en La Ferme d´espiau, una tienda de objetos de decoración “ambiente de montaña” en Luchón. Había preciosas e irresistibles telas de tapicería aunque a precios astronómicos.


Se hace tarde, es hora de cerrar esta entrada y hornear algo rico para el té de la tarde. La terraza nos espera: Lolaaa, ¿dónde estás?






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