Ahora
que estamos en pleno otoño, he terminado por fin la bolsa para las toallas de
playa. Es por eso que digo, “nunca es tarde si la dicha (o bolsa
en este caso) es buena”.
Ayer,
según le respondía con un refrán a un compañero de trabajo, me vino una ráfaga-recuerdo
de Joaquín Calvo Sotelo y su programa “La bolsa de los refranes”.
Tuve
que remontarme a la Prehistoria de la Televisión para encontrar alguna pista
del año de emisión. Yo tenía 10 años, corría el año 77 y me sorprendo, porque recuerdo
perfectamente su cara de “señor mayor” y los dibujos de Mingote.
Era como oír hablar a
mi abuela: “Neniiita, no hay mucho que no falte ni poco que no sobre”.
Ella hubiera sido un excelente ministro de economía: sensata, realista, con
carácter, sin gomina y con escasos pelos en la
lengua…
En
mis planes está, hacer una Corona
Navideña para la puerta de entrada. Esta misma tarde me pongo con ello, porque
mejor “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Aunque, si finalmente
la acabo después de Reyes, alegaré que “más vale tarde que nunca”. Y como
seguramente nos pasa a todas parecido, me conformaré pensando que “mal
de muchos, consuelo de tontos”.
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