Desayuno al ritmo de Pink
Martini. La voz de China Forbes me recuerda que hoy no voy a trabajar {AQUÍ}
así que mordisqueo tranquilamente las tostadas mientras planeo la mañana. Saco
del congelador unos boletus para el arroz del mediodía, hago unas llamadas y salgo
a la calle con Lola trotando tras de mí, feliz porque hoy estamos juntas. El
estanque del parque amarillea con las hojas caídas. Ese colorido me hace
recordar el quilt que acabé este verano.
A pesar de que las telas “se
querían” corté montones de pequeños
bloques para que la paleta de color encajara en el diseño.
Después, todo fue una cadena de
trabajo sencilla pero laboriosa: cortar tiras, unirlas a máquina, volver a
cortarlas, volver a unirlas, siempre teniendo en cuenta que las uniones de los
bloques encajaran y que el revés quedara bonito.
Quedó listo para acolchar en
agosto. Pensé hacerlo a máquina pero finalmente acabé haciéndolo a mano. Anima tanto ver los avances que no veo
el momento de parar, es como entrar en trance :))
Me cuesta rematar las colchas, duele como una despedida…
Esta vez he querido hacerle una
etiqueta con un pequeño fragmento del conocido poema de Tolkien.
Este “Trip around the world”
llega a su final. Sólo me resta empezar a disfrutar de las siestas al calor de mi
paleta otoñal. Aunque parece que alguien se me ha adelantado…
Que bonito Esther, el trip around the world, Lola, el poema y Tú. Disfruta y Feliz Martes ya.
ResponderEliminarUn beso enorme
Gracias María, a ver si ponemos fecha a esa comida... un abrazo
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