Mañana de sábado: me levanto temprano como de costumbre
y pongo rumbo al desayuno. Al pasar por el salón veo terminadas mis coronas
navideñas. Aunque la idea inicial era bien distinta, me gusta improvisar sobre
la marcha, y éste es el resultado final:
Mediodía de sábado: en la entrada del supermercado, un
voluntario solicita alimentos básicos para el Banco de Alimentos. Nuestros menús
navideños, se caracterizan por lo frugal, sencillo e imaginativo. Aún así, arrastré
el carro entre las estanterías rebosantes de turrones, mazapanes y demás delicias
tradicionales, sintiéndome culpable. Deposité nuestra contribución en una de las
grandes cajas de cartón en las que se amontonaban kilos de arroz, pasta,
legumbres y aceite. Emocionaba ver la solidaridad de los clientes.
La
casa nos recibió caliente como un
abrazo, y a medida que colocaba paquetes, tabletas, botellas, bricks y latas en
las estanterías de la despensa, se me escapaban suspiros de agradecimiento.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bonitas Esther, creo que lo importante es ser original y diferenciarse, creo que con estas coronas tú lo has conseguido.
ResponderEliminarUn abrazo
Palmira (Cosas de Palmichula)
http://cosasdepalmichula.blogspot.com.es/